martes, 14 de abril de 2009

Leandro Vesco escribe su obra llamada Carhué



Entre historia real y ficción, la novela repasa el ayer y lo articula con el presente de la comunidad y su vínculo con el Lago. Carhué será presentada a fin de año en nuestra ciudad para después darse a conocer en el resto del país. Impactado por la ciudad, su historia y su gente, el escritor oriundo de Entre Ríos y actualmente radicado en Buenos Aires, Leandro Vesco, escribe su novela denominada Carhué.
En busca de darle sustento a su obra, periódicamente viaja a nuestra ciudad; y en su última visita, en diálogo con Cambio 2000, Vesco manifestó que siempre escribió novelas que ha publicado con editoriales independientes.
“Junto a ellas he visitado varios países presentando mis obras y fui becado también por una fundación de los Estados Unidos por un libro sobre los vikingos”, señaló.

“Respiré cierta magia”

“Hace dos años llegué por primera vez a Carhué a raíz de ver una publicidad en una página de Internet, y cuando crucé la curva que hay en el acceso a esta ciudad, respiré en el aire algo que yo entendí como cierta magia, porqué sentí un sabor diferente; ya estando en la localidad me seguí impactando por todo, más que nada cuando descubrí las ruinas de la Villa, porque fue lo que me llevó a interiorizarme por la historia y lo que sucedió a raíz de ello con la propia comunidad de Carhué”, aseveró el novelista.
Asimismo, Vesco destacó que “con la ayuda de diferentes vecinos, como Gastón Partarrieu, la familia de Omar Cricco y Christian Montesino, entre otros, pude ir recabando datos que personalmente fui reforzando con la información que rescaté de los medios de comunicación locales, y fui dando lugar a una ficción que tiene múltiples lecturas”.
“Una de esas lecturas -prosiguió-, se centra en la historia de Carhué, desde la Conquista del Desierto hasta nuestros días; es la etapa de cuando viene Levalle en su avanzada y funda la ciudad”.
“Después tengo una parte de la ficción exclusivamente dedicada a toda la historia de la ciudad a través de sus comercios, de sus personajes, de las distintas cosas que han existido y desaparecido, lo que noté mucho a lo largo de la vida, ya que por ejemplo, han existido personas visionarias que han hecho grandes hoteles, comercios, como por ejemplo, la carnicería de Robilotte, donde aprecié buenas mayólicas; o sea, cosas que hablan de un pasado que fue realmente glorioso, y que por alguna razón, que me llama la atención, han ido desapareciendo”, amplió el escritor.
“Quizá todo coincida con el hecho de que Carhué recibía tres líneas ferroviarias, lo que también toco en la obra, y después, con la muerte del ferrocarril, como en tantos casos, se decretó la muerte de los pueblos del interior”, añadió.

“Un lugar secreto”

Vesco apuntó además que “también me llama poderosamente la atención que hay como cierto aire a tragedia que puede tener la ciudad de Carhué, lo que es notable cuando una persona viene de afuera, y según pienso, quizá puede ser a causa de que la naturaleza se ha encargado de conservar la ciudad y el Lago Epecuén en un lugar secreto, en una región alejada de polos, y a pesar de que hay rutas, promoción y se conoce, es difícil llegar. Y eso también lo escribo”.

“Personaje imponente”

El escritor Leandro Vesco comentó además “que hay una parte de la historia que tiene al Lago Epecuén como personaje imponente y preponderante; pero pongo que en lugar de sus aguas saladas, hay soda; entonces, esa soda medicinal, milagrosa y poderosa, ha generado en Carhué, en la ficción diferentes peleas entre distintos actores sociales; y todos estos puntos hacen que la obra transite entre la historia real, que está tal cual, y la ficción”.
“También está la historia real de algunas familias locales, y una parte totalmente ficcionada que habla de una historia de amor que transcurre en la ciudad, donde esta soda medicinal es el factor preponderante”, agregó.
“Como corolario, sobre el final, se dice que yo quise hacer esto no sólo por la importancia que para mí tiene Carhué como ciudad mágica que hace bien, en la cual con sólo caminar te sentís bien por su ritmo tan humano, sino por una cuestión que tiene que ver con la literatura argentina, con la ficción nacional, que ha tomado una distancia grande entre los temas humanos y sinceros, porque se abordan temas muy metropolitanos y capitalinos, porque todo transcurre en las grandes ciudades, y si uno no vive en esos lugares, la historia no te llega”, aseveró el escritor.

“La presentación nacional será en Carhué”

El autor de Carhué, puntualizó que “para concluir el libro me faltan nada más que dos capítulos y por eso vine unos diez días para reunir los datos que no podía conseguir por Internet, para terminar con lo que resta”.
“Sobre fin de año o primeros días de enero de 2009, haré la presentación nacional, que quiero que se haga en esta ciudad, porque merece toda la importancia. Es un hecho simbólico, y quiero que se lea acá porque es donde transcurren los hechos, con personas que están vivas, en sus calles, y quizá puede ser interesante para los carhuenses”, expresó.
“Después de eso, sí pienso presentarla en Capital Federal y hacer gira por las provincias, y llevarla a los pueblos, porque también hablo de pueblos de alrededor, y voy a tomarme un año entero para ello”, concluyó el novelista Leandro Vesco.



sábado, 14 de marzo de 2009

ADELANTO DE LA NOVELA "CARHUÉ" por LEANDRO VESCO

¿PODRÍA UNA PIEDRA DE OTRO PLANETA HABER CAUSADO LA SODA DEL EPECUÉN? EL MISTERIO DE LA ARTEMIA SALINA Y DE LA SODA DORADA.



Con este sugestivo y altisonante titulo se abrió en las instalaciones de la Casa de la Cultura una serie de charlas organizadas por la Fundación de la Soda con el fin de mostrar todas las teorías poco difundidas sobre el lago Epecuén y la soda. Durante cuatro días se juntaron los investigadores de la zona que defendían una forma diferente de ver la realidad y el pasado de la región, siempre desde el punto de vista paranormal. De Macachín, La Pampa, vino Fabían Romano, quien no hacía mucho había sacado una fotografía inquietante de un ser que al parecer no era de este mundo. También estuvieron presentes el astrólogo Rodolfo Valentino, autor del libro “Lago Epecuén-Carhué-OVNIS”, investigadores de toda la región, y como invitado especial, el director del Museo, Gastón Partarrieu, quien había recibidido una advertencia del Dr. Alfredo López Lecube:

-Vas a rifar todo tu prestigio si te juntas con estos transnochados. Para alguien como vos y dentro de uun pueblo chico como Carhué, si te metes con el tema ovni, sonaste. De ahí ya no se vuelve y van a tratarte como loco. Te advierto Gastón, el Consejo no comulga con esta clase de ideas, pero vos hacé lo que te parezca mejor, yo sé que vos sos un hombre que no cree en estas fantochadas.

Lorenzo Schweppo era como una especie de moderador, y a él le tocó abrir la charla, fue él quien intentó resumir todo lo que allí se podría oir en estos tres días de disertaciones. En un primer lugar, habló de la experiencia de Rodolfo Valentino, este polémico investigador que había aceptado el reto –el durísimo reto- de ser astrólogo en Carhué y que defendía algunas ideas impresionantes que había volcado en su libro, en él aseguraba varias cosas impactantes, en una de sus tantas vigilias nocturnas por la Villa le había llamado la atención una piedra que brillaba en la zona donde había estado el Plage Hotel, asombrado por aquella visión, se acercó hasta el lugar y comprobó que se trataba, en efecto, de una piedra. Pero no una piedra normal, su olfato le decía algo más, y así fue que, tras analizarla llegó a la conclusión de que no era una piedra de este mundo, concretamente, se trataba de una evidencia de que en la antigüedad al lago Epecuén lo habían visitado seres extraterrestres. Valentino defendía la teoría de que todas las virtudes del lago Epecuén habían sido puestas allí por seres de otro planeta, en la antigüedad los tehuelches que habitaron estas costas habían tenido contacto con estos seres y habrían venerado al lago por sobre todas las cosas. La presencia extraterrestre en el lago era evidente incluso hoy día. Los flamencos rosados, la riqueza salina, la fuerza geométrica bajo las capas del lago, las nubes que lo sobrevuelan, los fenómenos meteorológicos y hasta gran parte de las frustraciones carhuenses tenían su causa en la presencia marciana, pero quizás la evidencia de que visitantes de otros mundos crearon el lago resultaba de la enigmática aparición en décadas pasadas de la artemia salina, que es un pequeño molusco que sólo crece en condiciones muy especiales. Para el astrólogo esta criatura casi invisible no es un ser terrestre, y en todos los lugares del mundo en donde se halla siempre hay antecedentes de avistamientos. Para el caso de Carhué contaba con la prueba que habia obtenido entrevistando a Julio Alberto Fernandez Badié, quien aseguraba, había conocido a un alemán que había “pescado” durante años la artemia salina en la costa noroeste del lago. Este aleman habría obtenido esta información porque un humanoide que habría salido del Epecuén se lo comunicó cuando caminaba por la zona donde en aquellos años estaba la Epecuen Ville, cerca del hotel Villa Gorostegui. Rodolfo Valentino asegura que –todo según Badié- el aleman estuvo varios años recolectando la artemia salina. Sea por la causa que sea, luego se fue y nunca más se lo volvió a ver en la costa epecuense, esta desaparición fue simultánea a la de la artemia salina, nadie pudo volver a hallar un solo ejemplar. Estos episodios no pasaron por alto para Valentino y asegura que el mismo humanoide que le comunicó sobre aquellos seres marinos, lo abdujo y lo llevó. El lago Epecuén sería, según el mismo autor, una puerta hacia la cuarta dimensión, y la comprobación estaría dada en la existencia de un aurea mineralizada que tendría el lago, sobre esto, también hace hincapié en que este fenómeno sería incluso aumentado por un campo magnético que actuaría como protector del lago y de su zona de influencia. Por este motivo Carhué hasta el día de hoy está aislada y en el lago en la antigüedad y más aún en nuestro pasado cercano, se habría protegido de “influencias malas”, para Valentino la inundación del 85 fue una “desición” que tomó el lago para dar por terminada su explotación turística, ya que los seres que lo hicieron jamás tuvieron entre sus objetivos que este lugar se diera a conocer, todo lo contrario, Epecuén y la zona siempre estuvieron protegidos por este manto de agua milagrosa, este recinto único en el mundo se creó como entrada a otro mundo y como una muestra de la naturaleza bondadosa de estos extraterrestres.

La explotación turistica del lago jamás fue bien vista por los creadores del lago y así lo puede atestiguar un hotelero que horas antes de que el mar salado sobrepasara el terraplén, en sueños tuvo la visita de un extraño hombre que le decía que el lago ya estaba enojado, y que se despertaría, este despertar del “espíritu” del lago fue el que ocasionó la catastrofe que todos conocemos y lamentamos hasta el día de hoy. Para los creadores del Epecuén, la industria que se había formado alrededor de “su” lago iba en contra con la misión por la que se había puesto este espejo de agua milagroso en la tierra, que era la de beneficiar a unos pocos, aquellos que se conectaran con la escencia del lago. Los indios tuvieron una relación muy estrecha y entendieron esto, pero la llegada del hombre blanco significó un cambio muy grande. Desde que el piloto de la Real Marina, Pablo Zizur en 1770 viera por primera vez el lago, en su diario deja entrever que los tehuelches que moraban la zona no abandonban nunca el lago San Lucas como lo llamó, las inmersiones era casi permanentes y para Valentino, aquellos antiguos habitantes de nuestra zona pasaban casi todo el dia flotando en la superficie del lago, saliendo luego blancos de sal. Aquella visión asombró a Zizur quien además habría visto algo mucho más misterioso que esto, habría visto la presencia de los extraterrestres, para el astrólogo los seres de otro mundo habrían tenido aquí una colonia en esos años, por eso la situación de Carhué fue tan importane para los vorogas y cuando Calfucurá llegó a estas tierras no fue a Mesallé porque allí estaban los caciques sino porque había un rumor que en Mesallé se escondían los creadores del lago, para Valentino el hecho de que nadie quedara vivo en la matanza de Mesallé respondió a una sola idea: asesinar a los enemigos, a la sazón un obstáculo para los planes de Calfucurá, pero tambien, terminar con los seres que salian del lago y que habían vuelto invencibles a los vorogas. Por eso Mersallé es un lugar que aún hoy esconde misterios y en sus médanos podrían estar los restos de los unicos seres extraterrestres que han pisado y vivido en nuestro planeta. Calfucurá era además un brujo y tenía poderes paranormales y habría conocido los secretos de estos seres mágicos del Epecuén y no sólo esto, habría utilizado este conocimiento para sus planes. No se puede explicar sino de esta forma cómo este cacique asoló durante cuarenta años las pampas argentinas. Su poder invencible –y el terror que le tenían sus propios hermanos de sangre- se fundamentaba en el manejo de estas mancias de otros mundos y hasta es probable que conociera la guarida subterránea de aquellos que eligieron esta región para establecer una puerta hacia dimensiones desconocidas, el mismo Valentino asegura que en alguna parte del partido de Adolfo Alsina, con más seguridad cerca del Lago Epecuén y en la zona de Carhué para más precisiones, exista una ciudad subterránea, una fuente de energía y un santuario en donde se hallaría la famosa Veta Madre, que sería ni más ni menos que una piedra similar a la que halló por la zona del Plage Hotel, y que daría origen a la soda del lago y a todos sus maravillosas virtudes, en la zona también existen una serie de entradas secretas a este templo, para el astrólogo, en la Villa Epecuén se hallaba una de estas puertas en la zona de Radium Ville, otra en la de Epecuen Ville, y una tercera en uno panteón del cementerio que está bajo las aguas, posiblemente Nicolas Bifano halla conocido una de estas entradas y sea esta la causa del por qué tuvo tanta calidad su soda. Carhué misma estaría asentada sobre una seria de tuneles y cámaras secretas. Esto se explicaría en la caída de la napa freática en el año 1986, por la inundación del Epecuén, y porque el lago tendría una gran extensión subterránea, estos escenarios secretos, habrían causado el “derrumbre” de Carhué, al ser consultado por este mismo estudioso, el Sr. Esteban Fasolo de Fasolo Hnos, la firma que en aquel año hizo las obras para paliar esta trágica situación aseguró que en algunas calles se toparon con sótanos que no estaban declarados y que serían las avenidas subterráneas que quedaron bajo las aguas.

Tambien en la mesa estaba sentado Fabían Romano representando al Ceufo, el Centro de Estudios UFO, quien es el autor de una fotografía que ha dado la vuelta al mundo. La fotografía, de la que nos hemos referido en otra ocasión en este libro muestra a un extraño ser alzando vuelo junto a un avión en el aeródromo, esta imagen documenta lo que muchos chacareros y peones de estancia han estado observando, este animal, tendría su morada en nuestra zona y los mapuches ya habrían tenido conocimiento de él. Distintas tradiciones que han llegado a nuestros días bajo la forma de mitología o leyendas darían comprobación de la existencia continua en la historia de la zona de estos seres. Para el estudioso de Macachín es innegable que en toda la región la actividad extraterrestre es importante, y lo ha sido aún más desde 1985. En el año de las inundaciones, se intensificaron los avistamientos. Concuerdan con Valentino en que la causa de la inundación del Epecuén se debió a una razón que escapa a la explicación de la suba del nivel en la cuenca de las Encadenadas. Lo que aquí hubo fue un factor que no se puede hallar en este mundo. La zona entera entra en actividad en ese año.

Para hallar un poco de equilibro, el Lic. Gastón Partarrieu estableció una serie de hechos históricos carhuenses que dieron fundamento a su teoría, que no acepta actores fueras de este mundo, sobre las constantes tragedias de Carhué y su zona. Fue dando ejemplos de las cosas que comenzaron siendo hechos importantes y por incendios, desidia de los hombres, malas decisiones, o causas que él llama “del destino” terminaron por sellar su suerte. Pueblos abandonados antes de existir, caminos, parajes, fábricas, y un sin fin de ideas que han tenida la misma desgraciada suerte, “pareciera que la zona está destinada a la tragedia, que una sombra de mala suerte acompaña a lo que se intenta hacer, pero esto no quiere decir que halla una maldición, todo lo contrario, pero si, y a juzgar por los antecedentes históricos, podemos decir que Carhué y su zona han tenido una notable tendencia a caer en un proceso de fracaso” Gastón, que atrajo la atención de gran parte de la concurrencia, se limitó a fijar los puntos más salientes de su teoría, y trató siempre de despegarse de los demás panelistas. Lo que él estaba explicando no argumentaba la existencia de seres de otras galaxias, sencillamente las tragedias sucesivas habían ocurrido y cada cual estaba en libertad de tomar cualquier significado de lo acontecido, así fue como enumeró los casos y e hizo hincapié en una constante: los incendios. “Carhué está marcada por el fuego, quizás podamos decir que todas las cosas que no pudieron progresar tuvieron una experiencia ignea. El fuego ha sido en nuestra reciente historia, una constante. Los casos emblemáticos son los que tuvieron que pasar los cines y los teatros. Yo no digo que algo anormal suceda aquí, pero sí es evidente que el fuego se ha presentado en una forma casi selectiva, existen cosas que aquí no han podido desarrollarse porque el fuego las ha impedido, la lista es larga y podemos nombrar al hotel y cine Epecuén, el hotel Roma, el teatro Español, el Molino Harinero… el fuego allí estuvo presente. Y después hay cosas que han tenido lo que llamo el tipico destino carhuense, es decir, cosas que se han topado con el fracaso, ya sea por obra de la naturaleza o del hombre. Es como si a Carhué se le permitiera crecer pero hasta ahí nomás, a lo mejor algo de razón tiene acá el amigo Valentino que dice que algo o alguien quiere proteger a la zona, porque ha pasado en toda su historia, el caso del palacio Gallo, la desaparición de tantos parajes y pueblitos, el hipódromo local, lo que está sucediendo en La Chacra, el hospital Hidrotermal, La Celulusa Carhué, la industria láctea, pensar que aquí se produjo leche, quesos y manteca, los vinos Del Valle, todo lo que sucedió en la Villa Epecuén, es definitiva, hay muchas cosas que han tenido y siguen teniendo ahora el típico destino carhuense, o han desaparecido, o se han abandonado. Lo cierto es que no están y nosotros estamos cada vez más aislados”